Pelícano Pardo
Falta poco para terminar las garzas y no aparentan ser muchas las
páginas rezagadas que se nos han escapado en esta actualización, las
cuales definitivamente pensamos hacer antes de dar por terminada esta
revisión. Verdaderamente, esto ha sido interesante pero ha habido
momentos cuando ya la paciencia se acaba y hay que ir a dar una vuelta
para refrescar la mente. De ese paseo es el que hablamos hoy; y a donde
ir sino es al zoológico. Ya que tanto hemos trabajado en las Garzas (familia Ardeidae)
vamos a ponerle un poco de más atención a estas aves, tantos las que se
mantienen en el zoológico como ejemplares cautivos como las naturales
de esta región que hacen uso de las facilidades, tanto de la protección
de las personas como de la comida, proporcionadas a las aves presentadas
en el zoológico. Con las garzas en mente comenzamos nuestro paseo por
esperar a que alimentaran a los Pelícanos Pardo (Pelecanus occidentalis) que allí mantienen. Esta especie de pelícano
es natural de esta región, por lo que no se permite mantener en
cautiverio, siendo los que vemos en el zoológico y otros lugares
similares aves que han sido lastimadas tan severamente que no pueden
valerse por sí mismas en la naturaleza. Esto de ir a ver alimentar a los
pelícanos, otras aves y animales en general, es bien interesante,
divertido y definitivamente el momento de ver la acción. En este paseo
además de todos los pelícanos que hasta unos quince minutos antes de la
hora indicada parecían estar dormidos o entretenidos acicalándose las
plumas, participaron en el almuerzo cuatro o cinco garcetas blanca (Egretta thula), un par de garcitas verde (Butorides virescens) y sorprendentemente sólo dos o tres ibis blanca americana (Eudocimus albus)
a pesar que en otra presentación no muy lejos había una acumulación
dispersa de no menos de veinte de ellas. Las garzas y las ibis trataban
de obtener al vuelo, de una orilla a la otra del estanque, los peces
lanzados a los pelícanos que nadaban en el agua. Una garcita verde logró
atrapar uno y tan pronto llegó a la orilla y se paró, una garceta
blanca vino a quitárselo. La garcita verde, corriendo a toda prisa se
escondió y la garceta blanca regresó a brincar sobre los pelícanos
tratando de atrapar su almuerzo. Otras garzas que vimos en este paseo
fue la Garcilla de Indonesia (Ardeola speciosa)
que mantienen en cautiverio en un inmenso aviario. Estas garzas
usualmente se mantienen en la vegetación a una altura intermedia a alta y
a pesar que en el aviario tienen más de cien ejemplares de esta
especie, no se ve con frecuencia. En este paseo vimos varias de ellas en
el suelo aun recogiendo material para el nido; en un paseo que dimos
hace un mes (nuestras disculpas por no haberlo mencionado en este Blog)
vimos muchas más de ellas demostrando este comportamiento. En otras
partes de el zoológico también vimos un par de ejemplares del Martinete Común (Nycticorax nycticorax) muy tranquilos aparentemente esperando que a la cigüeña en la exhibición le llevaran su almuerzo y un ejemplar de la Garza Blanca (Ardea alba)
con sus plumones de anidación también muy tranquila en la exhibición de
otra de las cigüeñas. Los martinetes común estaban posados solitarios
lejos uno de otro. La garza blanca descansaba parada en el agua dentro
de un pequeño estanque, a su alrededor se encontraban una diez ibis
blancas americanas caminando y descansando. Las cigüeñas en las dos
exhibiciones ignoraban por completo la presencia de estas otras aves.
Ganso Overo
Las garzas, ibis y otras aves agrupadas en familias emparentadas nos
despiertan un interés que es de esperar por haber trabajado en estas
especies en las en las semanas recientes, no siendo de menor atracción
para nosotros otras aves que hemos estudiado. En el aviario vimos
cuatro ejemplares del Ánsar Calvo (Anser indicus). Este ganso no es raro en las colecciones de aves exóticas
en los Estados Unidos y en el zoológico desde hace muchos años hemos
visto una pareja de ellos en otra de las exhibiciones. La pareja ya hace
unos meses la vimos trasladada al aviario, y ahora son cuatro adultos
los que vemos desde el mes pasado. Una pareja de otra especie, también
en los Anseriformes pero no en los Anátidos, también nos llamó la atención en el aviario. Nos referimos al Ganso Overo (Anseranas semipalmata), única especie en los Anseranátidos,
que en su región natural, Australia y el sur de Nueva Guinea, es
posible verlo en bandadas integradas por miles de ellos pero en las
colecciones exóticas en los Estados Unidos hemos visto muy pocas veces. A
simple vista aparenta ser un ganso u oca
pero si nos fijamos en las patas vemos que tienen una membrana que une
los tres dedos anteriores como en los Anátidos, pero en diferencia a
estos otros Anseriformes, en el ganso overo la membrana sólo se extiende
hasta la mitad de los dedos. Por supuesto que en aviario también vimos
un excelente variedad de patos y un ejemplar de la Yaguasa Adornada (Dendrocygna eytoni). De los patos vimos varios otras especies en otras exhibiciones fuera del aviario y de las yaguasas vimos un ejemplar de la Yaguasa de Pico Negro (Dendrocygna arborea). Por cierto la variedad de palomas
que siempre vemos en al aviario merita horas de observación de estas
aves en un estado que aunque no es del todo natural, por su extensión y
ambiente vegetal es probablemente lo más cerca al hábitat natural de
muchas de las especies.
El León
Esto se ha extendido más de lo usual, y aun así no vamos a poder contar
los tantos momentos que cada visita al zoológico nos proporciona.
Irónico, mientras más estudiamos los animales, más sabemos que menos
sabemos de ellos; mucha razón tenían los grandes filósofos de la
antigüedad al decir que ellos sólo sabían que no sabían. En este paseo
además de las aves se presentó la oportunidad de apreciar algunas ranas, tortugas, lagartos, serpientes. No menos de tres especies en los cocodrilos retratamos. Aunque tuvimos que caminar una buena distancia también logramos ver tres especies de los Félidos.
Por supuesto que ya de ante mano se sabe cuales son, no porque sean
nuestras favoritas, sencillamente porque no nos perdonaríamos el no
irlos a verlos. El bello Tigre (Panthera tigris)
que es probablemente el más acuático de todos los félidos. A pesar que
no fue un día tan caliente, en el paseo del mes pasado vimos al tigre en
el estanque dentro del agua. Ayer se complacía de caminar de un lado al
otro de la exhibición, que es bien amplia, hasta que por fin se acostó
en la hierba. El Jaguar (Panthera onca)
que hay veces se esconde entre la vegetación en su exhibición estaba a
plena vista de sus admiradores. Decidiendo terminar este paseo con una
visita al León Panthera leo,
realmente a los leones porque son dos machos y dos hembras los que ya
por hace un buen tiempo vemos en la exhibición. De verdad que este es el
rey, se le ve que le importa poco lo que esté pasando a su alrededor, y
sin embargo, todos, incluyendo las leonas y los observadores como
nosotros, estamos sólo al tanto de lo que él va ha hacer. Si se está
haciendo el dormido, todos descansan pero nadie se duerme, levanta la
cabeza y las leonas de inmediato abren los ojos, decide pararse y las
leonas, que en ningún momento le han quitado la vista, levantan la
cabeza y se ponen en atención listas para saltar mientras los otros
observadores corremos de un lado al otro para tomarle fotos y más fotos.
Y si ruge, algunos admiradores en el público hasta aplauden.
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